jueves, 26 de agosto de 2010

Uribekosta, País Vasco

Para romper el hielo con este tema de los blogs (mi primer blog..."serio") he decidido publicar esta entrada con la escapada que hice con mis padres ayer mismo, 26 de agosto, a la costa de Bizkaia.

Sinceramente, no sé cómo con sus 60 años no habían ido nunca por el recorrido que os voy a mostrar; siempre habían ido hacia el otro lado de Urdaibai, pero nunca por Getxo y lo más sorprendente, nunca a San Juan de Gaztelugatxe.

El recorrido me lo aprendí la cuarta vez que lo hice, puesto que en toda su longitud se ve la parte del País Vasco costero que a todo el mundo de fuera le gusta y quizá lo que más se vende. Obviamente, hay mucho más que la costa vizcaína en el País Vasco para ver, como lo es la costa guipuzcoana o la parte del sur de Álava, llena de viñedos y bodegas de buen vino.

Aún así y como mis padres la zona de La Rioja Alavesa la tienen muy vista, los quise llevar de tour. Más o menos este era mi plan:


Ruta completa: 256km.
Como veis, mis padres viven en Vitoria así que el viaje es más bien corto. La primera etapa es sencillita, llegar hasta Punta Galea, en Getxo. Desde Vitoria, se coge la N-624 para engancharse en Altube con la AP68. Cuando llegamos a la entrada a Bilbao, cogemos la A8 y nos dejamos llevar entre el tráfico horroroso que siempre hay en este tipo de circunvalación del diablo que tienen montada los bilbainos (odio esa carretera). En los carteles vemos en seguida que nos indica hacia Getxo, pero por si no lo viera alguien hay que coger la salida hacia el aeropuerto.

Después de cruzar el puente de Rontegi, hay que mantenerse a la izquierda y nos dejamos guiar por las señales. Una vez terminada la carretera de la avanzada (una recta larga con mucho radar y algún que otro paso bajo), nos encontraremos en la rotonda que da acceso a Getxo, aunque para ir hasta donde nosotros queremos, no es necesario meterse atravesando el pueblo. Nos desviamos a la derecha y continuamos la carretera dirección Sopelana para un par de kilómetros después, salirnos y acabar en otra rotonda. En esta ocasión la tomamos y nos salimos hacia la izquierda, pasando por una gasolinera.

Toparemos (cómo no) con otra rotonda, justo en la entrada de Algorta (un barrio de Getxo) pero tampoco vamos a meternos a callejear. Otra vez cogemos la primera salida por la derecha y empezamos a subir entre casas grandes y bastante bonitas (gente de pelas estos de la margen derecha de la ría de Bilbao) hasta que nos encontremos con una rotonda pequeña y una subida hacia la derecha. Subimos por esa cuesta y siguiendo un poco más entraremos en una urbanización privada (privada... no hay valla ni absolutamente ninguna señal que te impida el paso) donde las casas son todavía más grandes y más bonitas. Todo recto hasta el final, donde te pararás en una carretera perpendicular a la que vas conduciendo. Gira a la derecha y a 50m verás un parking perfecto para dejar el coche. Hazlo :-)

Punta Galea

Desde aquí (punto B del mapa, 43º22'05.10"N 03º01'54.91"O) ya podrás contemplar lo que te espera un poco más adelante. Tienes a tu izquierda (mirando a la ría) el Fuerte de la Galea del siglo XVIII y a la derecha varios edificios y radares marítimos, pero si avanzas por la campa, podrás ver un espectáculo interesante: la desembocadura de la ría de Bilbao, el puerto, el almacén de gas, los pueblos obreros de la margen izquierda y la villa de Bilbao. En un día claro se ve perfectamente el pueblo cántabro de Castro Urdiales o incluso Santoña, a varios kilómetros de distancia en línea recta.

Para ir al final del acantilado sólo tenemos que seguir el camino y andar por unos 5 minutos. Si el día es agradable veréis un montón de gente andando, leyendo o simplemente admirando las vistas. Cuando lleguéis al final del camino, veréis que habéis dejado el faro a la derecha y que os encontráis en una explanada pequeña, con muchos bancos donde sentarse. Si eres aventurero, te gustará irte hasta el borde del acantilado, pero siempre tomando las precauciones lógicas y maduras que se sobreentienden en un humano adulto. Andando por el borde verás que puedes bajar por un caminito pequeño hasta unas escaleras que están al borde-borde del precipicio, que sinceramente no sé qué pintan ahí. Es un sitio bastante apartado y solitario para sentarte tranquilamente sin nada más que escuchar que el mar golpeando varios metros por debajo... o para algo más de pareja, como verás por los restos dejados por los cerdos calenturientos que no se preocupan por el medio ambiente.

En fin, por toda esa zona se pueden dar largos paseos, incluso llegar hasta el pueblo contiguo, Sopelana. No es nuestro caso, así que cogemos el coche para dirigirnos a nuestro siguiente punto, Barrika. No tiene nada en especial, salvo las vistas, así que si estás cansado ya de acantilados puedes saltártelo. No obstante, yo siempre recomiendo pasar por allí, aunque sea para relajarte y comerte el bocata del almuerzo.

Barrika

Para ir hasta allí, basta con salir del parking e ir siempre recto y hacia abajo. Te encontrarás otra vez en la rotonda a la entrada de Algorta, así que tienes que deshacer el camino para entrar en la otra rotonda y coger la salida de la izquierda, dirección Plentzia, Gorliz, Sopelana. Al seguir cruzarás Sopelana y el siguiente pueblo, Goierri. Antes de llegar a Barrika, justo a la entrada, tenemos otra (a ver si lo adivináis...) rotonda, aunque esta vez de las raras, de las que puedes atravesar por medio. Bien, salte por la derecha y cruza la carretera por la que venías.

Verás otro parking (punto C, 43º24'17.18"N 2º58'14.05"O) así que aparca otra vez (hay que hacer algo de ejercicio!!) y lleva contigo el almuerzo. Desciende por la cuesta que te lleva hasta una pequeña "plaza" donde está el puesto de socorro de la Cruz Roja y desde ahí podrás contemplar la vista de la foto. Merece la pena bajar todos los escalones para estar abajo y tomarte tu tiempo, aunque nosotros nos quedamos sentados arriba, comiéndonos el bocata y disfrutando de lo que veíamos.
Con el estómago lleno volvemos a coger el coche para ir a una playa algo más... playa, con arena y no rocas. Vuelve a incorporarte a la carretera por la que venías desde Sopelana y a los dos minutos verás Plentzia con su puente peatonal blanco, bastante moderno y bonito (un tal Calatrava lo hizo). Callejea un poco por el pueblo y aparca donde quieras, ya que no es muy grande. Una visita recomendada es la zona del puerto, con terrazas y buen punto de partida del paseo hasta el Hospital de Gorliz, pasando por la playa. El punto D del mapa es un aparcamiento, el de la playa de Gorliz (43º24'52.67"N 2º56'36.81"O), pero ya os digo que podéis aparcar donde os venga en gana.

Aprovechad el tiempo para ir por el paseo marítimo hasta el final y para disfrutar de todas las mejoras que han hecho los últimos años: nuevos accesos a la playa, un parque natural pegado a ella, dunas protegidas... La verdad es que es una playa muy bonita y muy cuidada, que se llena cuando hace bueno.

Playa de Plentzia y Gorliz

El viaje continúa, así que hay que volver a meterse en el coche. Desde el aparcamiento, gira a la izquierda hasta la rotonda y coge la salida de la izquierda, hacia arriba. Esto te llevará al barrio de Elexalde en el que te encontrarás con dos rotondas: la primera a la derecha y la segunda de frente, para encontrarte con carteles que indican "Armintza". 5 minutillos de curvas y estaréis en este pueblito pequeño de pescadores, donde podéis dejar el coche a la entrada del mismo pueblo (punto E, 43º25'53.72"N 2º53'49.47"O). Tiene una calle principal nada más, así que bajándola estaréis en el puerto, muy chulo también.
Podéis pasear por el rompeolas y bajar a la pequeña playa que tienen si os apetece. Si no, es buena hora para comer en el restaurante que habéis pasado hace un rato. El menú del día son 10€ y la verdad es que las raciones son muy muy generosas. Yo acabé bien llenito, mi padre también y mi madre tuvo que dejar casi toda la merluza que pidió (entre mi padre y yo hicimos un esfuerzo de todas formas, así que gran parte de esa merluza desapareció).
Armintza
Una vez tomado el postre y el café, se puede ir a la salida del pueblo a pié donde hay otra playita y una casa bastante bien ubicada: sobre una roca con vistas al mar. Es más, la casa está metida casi en el mar!! Increíble situación, qué pasada. En este punto más os vale coger el coche, puesto que no hay más pueblo que ver. Realmente pequeño este lugar.
Seguís la carretera por donde habéis caminado hacia la playa que está a las afueras y seguiréis las curvas. El siguiente pueblo es Bakio, pero a mitad de camino tenéis una parada optativa: la central nuclear de Lemoiz. Nunca se puso en funcionamiento (5 ingenieros asesinados por ETA tuvieron la razón) pero se construyó de todas formas. El gigante de hormigón descansa cual fantasma, rompiendo la costa y los colores verdes. 
Después de esta paradita, seguimos con las curvas para llegar a Bakio. Nada más entrar os daréis cuenta de que es algo más veraniego que Armintza. Lo digo por los edificios de 12 plantas al borde de la playa y los que están construyendo... Digamos que es un pueblo al que mucha gente del País Vasco va a veranear, aunque casi todos, no sé por qué, tienen algo que ver con el PNV. Casualidades, que diría aquél.

Se puede dejar el coche cerca de la playa por si apetece otro paseo, pero si no os llama la atención os recomendaría que siguierais hacia San Juan de Gaztelugatxe. Por la carretera que va a Bermeo llegaréis en un par de kilómetros a una especie de apartadero a la derecha y una salida a la izquierda, en bajada. Ahí tenéis un parking (punto G (sin cachondeos), 43º26'24.76"N 2º46'57.13"O) donde dejar el coche y prepararos para andar un ratillo.



Por un pasillo en un lateral del restaurante que veréis pone una señal en euskera, "San Juanera". No es que haya nadie que se llame San Juanera o Juanera o nada de eso; simplemente es "Hacia San Juan" en euskera, así que tomad ese camino. Después de una bajada pronunciada por un paseo, tendréis que girar a la derecha para empezar a bajar por el monte un rato. Después de la bajada os incorporaréis a la carretera que antes estaba abierta, pero que después de ciertos corrimientos de tierra donde la carretera que baja hasta abajo experimentó cierto crecimiento de baches de medio metro de altura, decidieron cerrar.

Continuad bajando hasta que lleguéis a la base, antes de cruzar el pasillo por encima del mar. Llenad las cantimploras de agua y haced buen uso de la cámara, porque realmente merece la pena la vista. Todavía hoy me sigue sorprendiendo quién fue lo sumamente graciosete como para poner allí una ermita, sin tanta ingeniería como tenemos hoy en día y sin tanta máquina que les ayudara a construir.

Vista desde arriba

Un rato después de quedaros absortos, podréis disfrutar de la subida de cada uno de los 238 escalones (creo recordar el número) hasta arriba. Como manda la tradición, tenéis que tocar 3 veces la campana, así que sin miedo ni vergüenza, tirad fuerte de la cuerda, no vaya a ser que la mala suerte comience bajando los escalones... ejem.

Teniendo en cuenta que hay que volver a bajar hasta la base y después subir otra vez por la carretera, el monte y el par de cuestas pronunciadas hasta llegar al coche, más vale ir saliendo, que no queremos que se nos haga tarde.

Con el cuerpo descansado y con un litro de agua corriendo por las venas, nos montamos otra vez en nuestra carroza y nos dirigimos hacia Bermeo, no hacia Bakio. La carretera está muy mal, pero hay un cacho en el que tienes un semáforo que regula el tráfico Bermeo-Bakio y Bakio-Bermeo, puesto que en un km debemos ir por el carril izquierdo, evitando rocas y la ladera desprendida.
Comparad tamaños con el coche...

Desde aquí llegar hasta Durango es bastante sencillo. Seguid dirección Gernika y después hacia Amorebieta. Ahí coged la carretera dirección Durango (N634) y en esa misma carretera, seguid hasta que encontréis una señal con la dirección a Goiuria (BI3341). Esa carretera os pondrá en el camino del último punto del viaje, el monte Oiz. Asciendes hasta los 1000 metros y las vistas son asombrosas... Además estás en medio de un parque eólico y personalmente me gustan esos molinos, me dan tranquilidad y el sonido que hacen las palas al cortar el aire me relaja. Sin duda alguna, un buen sitio para terminar el día.

En la BI3341 y DESPUÉS de pasar Goiuria, a 3km tendréis una salida a la izquierda. Más que salida es una carreterilla; tomadla. Seguid 4,3km más o menos por esa carretera (os daréis cuenta que está construida para que los camiones pudieran pasar para subir las piezas de los molinos) y en la bifurcación, tomad la izquierda. Seguid otro tanto y acabaréis en una pradera, al pié de varios molinos en fila. Desde aquí se puede andar un ratillo hacia un lado o hacia el otro, buscando las vistas perfectas. En un día despejado se podría ver fácilmente la costa.

Foto por Jabrus
El día comienza a anunciar su fin, así como la escapada turística de Bizkaia. Para volver a casa, a Vitoria, tan sólo hace falta volver por el mismo camino hasta Durango y allí coger la BI623 que nos llevará, atravesando Urkiola, hasta la capital del País Vasco.

Sin duda alguna el viaje es agotador, sobre todo hacia el final del día, pero creo que merece la pena. Ves lo más bonito y destacado de la costa vizcaína y como plus te llevas las vistas que el monte Oiz regala a cualquiera que se atreva a subirlo, ya sea en coche o a pie. Hay mil rincones como este por toda la geografía vasca que no son muy conocidos y lamentablemente los turistas nunca llegan hasta estos lugares. Espero que con esta especie de "guía" podáis saliros de lo típico y ver mi tierra desde otra perspectiva.